La dieta vegetariana ha logrado hacerse cabida en todo el mundo, a tal modo que hoy en día son muchos los restaurantes que incluyen en su menú platillos vegetarianos. Por otro lado, poco a poco empezamos a encontrar opciones veganas. La diferencia entre el vegetarianismo y el veganismo, en términos de alimentos, es que los últimos no consumen ningún producto animal, incluyendo la leche, el queso y los huevos.
Ya hemos hablado de cómo cambiar a una dieta vegetariana de forma saludable, pero si en nuestros propósitos está el cambiar de la dieta vegetariana a la vegana, entonces debemos saber qué ya hemos recorrido buena parte del camino de transición. Sin embargo, lo que resta puede parecer complicado y muy restrictivo ¿cómo lograrlo?.
¿Por qué es tan complicado?
Si consideramos que ya hemos logrado eliminar de nuestra alimentación cualquier tipo de carne ¿Por qué se nos hace difícil dejar el resto de productos animales? La respuesta está en los lácteos y en su efecto adictivo. En términos generales, cuando la proteína de la leche, llamada caseína, se descompone, libera opiáceos llamados casomorfinas, mismas que tienen un efecto químico que altera la mente haciéndonos anhelar más lácteos, como también sentir un efecto de abstinencia.
¿Cómo superarlo y lograr cambiar por completo a una dieta vegana?
La mejor manera de superar estos efectos de la caseína, es realizarlo de manera gradual. Es decir, eliminar un tipo de lácteo a la vez, así como cualquier otro ingrediente animal que sea parte de nuestra dieta vegetariana. Por ejemplo, podemos empezar con los huevos, y después la leche, seguida de los lácteos fermentados como el yogur, y finalmente el queso que quizá es el más complicado de abandonar.
Otra opción es simplemente reducir poco a poco las cantidades que consumimos de estos ingredientes, procurando sustituirlos poco a poco por otros que aporten principalmente la misma textura y sabor. Por ejemplo, en lugar del queso podemos incluir aguacates por su cremosidad y algunas nueces y semillas para un toque ligeramente salado.
Por otro lado, actualmente hay una gran variedad de sustitutos veganos en los supermercados y si bien no todos serán de nuestro gusto, habrá muchos otros que si lo sean. Es el caso de las leches vegetales de las cuales, lo mejor es encontrar aquella que más nos guste: de almendras, de soya, de avena, o de coco.
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Lee las etiquetas
Uno de nuestros consejos de siempre para llevar una alimentación saludable es leer siempre las etiquetas de los productos que consumimos, tanto para verificar la información nutricional como para ver los ingredientes que se incluyen. En el caso de una dieta vegana, hacerlo es mucho más importe.
El motivo es sencillo: hay una gran cantidad de ingredientes derivados de animales en muchos de los productos empacados que consumimos. Ingredientes como la caseína, la lactosa o la miel no entran dentro de la dieta vegana. Por otro lado, es difícil conocer cada uno de los ingredientes, por lo que en lugar de preocuparnos al respeto, lo mejor es evitar aquellos productos procesados con una larga lista de ingredientes. Después de todo, lo mejor siempre será consumir alimentos frescos y naturales.
Experimenta con nuevas recetas
No necesitas comprarte nuevos libros de recetas para cambiarte a una dieta vegana. De hecho, si revisas tus recetarios hay muchísimas opciones que ya son veganas o bien, que pueden convertirse en veganas sustituyendo uno o dos ingredientes.
Por ejemplo, para las sopas de pasta caldosas puede sustituirse el caldo de pollo por caldo vegetal, o incluso por agua simplemente. En el caso de las cremas de verduras, cambiaremos la leche de vaca por leche de almendras. Para hacer albóndigas, por ejemplo, podemos usar soya texturizada, y en guisos en los que usamos carne deshebrada, fácilmente pueden intercambiarse por setas u otros hongos.
Encuentra personas con tus mismos intereses
Pasarse a una dieta vegana puede ser muy complicado cuando a nuestro lado no hay personas que apoyen nuestra decisión. Por ello es importante que encontremos a otras personas que sigan la misma dieta, nos sumemos a grupos ya sean presenciales o en línea. Así, a la vez que conoces nuevas personas con intereses afines, encontrarás una infinidad e consejos y sugerencias para ayudarte a lograr con éxito este cambio en tu vida.
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