Conforme envejecemos, poco a poco nuestros ojos pierden la capacidad de acomodarse para cambiar el enfoque y poder ver objetos a diferentes distancias. En un ojo joven, el cristalino cambia de forma fácilmente, permitiendo que enfoquemos a diferentes distancias sin ningún problema, pero con el paso de los años el cristalino se endurece. Esto ocasiona que objetos cercanos se vean borrosos.
Por eso a partir de los 45 años muchas personas necesitan utilizar anteojos especiales para ver de cerca, si ya se tiene un problema de visión, entonces los lentes bifocales son la opción. Sin embargo, tanto quitarse y ponerse los lentes para leer como el uso de bifocales, no es muy práctico. Investigadores de la Universidad de Utah han desarrollado unos anteojos inteligentes con lentes líquidas que pueden ajustar automáticamente su enfoque.
La ventaja principal de estos anteojos es que cuando una persona se los pone, los objetos delante de la persona siempre se ven claros, sin importar la distancia a la que se encuentren. Los anteojos actuales no arreglan los problemas de acomodación de los ojos, sólo cambian el rango de lo que está en foco en lugar de expandirlo. Si te pones unos lentes de lectura, las letras que se veían borrosas enfrente de ti, se verán claras, pero los objetos lejanos se verán borrosos. Lo mismo ocurre con las personas que necesitan anteojos para ver a distancias lejanas.
El diseño de los anteojos inteligentes consiste en lentes hechos de glicerina, un líquido claro espeso, dentro de membranas flexibles de goma. Las membranas pueden moverse mecánicamente hacia adelante y hacia atrás, como un pistón transparente, cambiando la curvatura de la lente de glicerina y por lo tanto la distancia focal entre la lente y el ojo. Las lentes se montan en unos marcos especiales que contienen un medidor de distancia en el puente, para medir la distancia desde la cara del usuario a los objetos cercanos usando luz infrarroja. El medidor envía una señal para ajustar la curva del lente. Este ajuste es bastante rápido, permitiendo al usuario enfocar de un objeto a otro en 14 milisegundos.
Si tenemos que señalar un problema de estos anteojos es que debido a la ubicación del sensor, es difícil captar la visión periférica. Los usuarios que quieran ver algo que se encuentra a sus lados, tienen que girar la cabeza por completo para poner en el foco del sensor el objeto.
Como casi todos los inventos actuales, los anteojos vienen acompañados de una app para el celular que se calibra automáticamente con la prescripción del usuario y manda la información vía Bluetooth. Cuando el usuario cambia de graduación, sólo tiene que actualizar la información en la aplicación. De esta forma las personas no tienen que cambiar de anteojos durante un buen tiempo.
¿Suena demasiado bueno para ser verdad? La mala noticia es que los anteojos no están a la venta, por el momento sólo son un prototipo. De hecho los marcos actuales son bastante voluminosos, seguramente se tendrá que ajustar su diseño, reducir el peso y el espesor, y hacer más pequeños los componentes electrónicos. Sin embargo los investigadores esperan que el producto final llegue al mercado dentro de dos a tres años a través de la compañía Sharpeyes LLC.
Vía | Smithsonian
Imágenes | University of Utah
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