Un estudio de la Universidad de Yale revela que las mujeres que tienen sobrepeso u obesidad, tienen dificultades al asociar comida con recompensa. Cuando las mujeres obesas se enfrentan ante una recompensa alimentaria, tienen problemas al momento de tomar decisiones acertadas comparadas con mujeres de peso normal o con hombres de cualquier peso. Pero cuando se trata de una recompensa monetaria, estas mismas mujeres pueden tomar decisiones inteligentes al igual que las mujeres y hombres con peso saludable.
En el estudio participaron 135 sujetos a los que se les aplico una prueba de aprendizaje asociativo. Se les mostró una secuencia de cuadrados azules y cuadrados morados, y se les preguntaba qué cuadrado era más probable que tuviera una recompensa. El patrón de recompensas no era al azar, en cualquier secuencia dada, un cuadrado de un color tenía una probabilidad de una recompensa, mientras que el otro no tenía ninguna recompensa.
Mientras los sujetos discernían el patrón, podían acumular recompensas. A mitad del ejercicio, los investigadores invirtieron el programa de recompensas. Los participantes que eran lo suficientemente inteligentes para detectar el cambio en las reglas, podían maximizar sus ganancias.
Cuando las recompensas eran monetarias, aparecían signos de dólares superpuestos en los cuadrados azules y morados, las mujeres obesas no tenían ningún problema en distinguir el patrón de recompensas y darse cuenta cuando el patrón cambiaba. Con este tipo de recompensas, las mujeres obesas eran igual de ágiles que los hombres y que las mujeres con peso saludable y en general obtuvieron ganancias similares.
Después los investigadores superpusieron imágenes de pretzels o de M&Ms en los cuadrados y en lugar de que las recompensas fueran monetarias, eran precisamente estos alimentos. En esta parte del estudio, las facultades cognitivas de las mujeres obesas se desplomaron. Ninguna de las 17 mujeres con estas características pudo reconocer el patrón de recompensas ni tampoco distinguieron el cambio en el patrón. No distinguían el color del cuadrado, solamente se fijaban en la imagen del pretzel o del M&M y asumían que todos tenían la misma probabilidad de recompensa.
Los investigadores del estudio sugieren que una solución para tratar a estos pacientes es corregir esa debilidad cognitiva utilizando terapia conductual. Sin embargo los investigadores no están seguros de que este tipo de juicio distorsionado sea el causante de la obesidad o si una dieta alta en grasa y azúcar sea la causante de un juicio deformado.
Imágenes | Marjan Lazarevski | Alice Seba |
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