Hace unos días me contaron una historia que me impacto; una persona murió de un ataque cardiaco antes de una cirugía programada, debido al estrés que le causo el solo pensar en ella. Platicando, descubrí la importancia de la “prehabilitación”, un término que apenas se está empezando a usar en México.
Cuando se habla de una cirugía, es común discutir posibles opciones de rehabilitación post quirúrgica, pero no de lo que debemos de hacer previo a la operación. Una cirugía es un evento grande, como si se tratará de un maratón. Y nadie llega a un maratón sin una preparación previa.
En un estudio de la Universidad de McGill, se analizó el desempeño de 77 pacientes que iban a entrar a una cirugía de cáncer colorrectal. Estos pacientes, se dividieron en dos grupos; el primer grupo se prehabilitó, es decir hizo ejercicio, comió saludablemente y practicó técnicas de relajación, un mes previo a la intervención quirúrgica. La otra mitad, no realizó ningún tipo de rutinas de bienestar.
Dos meses después de la operación, todos los pacientes hicieron una prueba de caminata de seis minutos. Los resultados impactaron a los investigadores. El grupo que realizo la rutina saludable previa, camino en promedio 24 metros más de lo que podían caminar un mes antes de la cirugía, en cambio, los que no siguieron la rutina, caminaron 22 metros menos comparado con lo que podían caminar antes de la cirugía.
¿Qué es la prehabilitación?
La prehabilitación, es el proceso para mejorar la capacidad funcional de una persona antes de una operación, lo que le permitirá soportar el estrés de la cirugía. Se ha demostrado que tener un rendimiento físico pobre y un estado nutricional deficiente antes de una cirugía, aumenta el riesgo de complicaciones e incrementa el tiempo de recuperación.
Para que un programa de prehabilitación sea efectivo, debe de continuar en el postoperatorio, donde el paciente tiene que seguir realizando el programa de actividades que hacía antes de la cirugía.
¿Qué es lo que debes de hacer prehabilitación?
Aunque parezca ilógico, la primera recomendación es hacer ejercicio. Un estudio encontró que los pacientes sometidos a cirugías de reemplazo de rodilla y cadera, tienen mayor movilidad a los tres días post-operatorios, si las seis semanas previas a la cirugía realizaron actividad física. El 73 por ciento de los pacientes, no necesito rehabilitación. Los pacientes de este estudio se ejercitaron entre 30 a 60 minutos, tres veces a la semana, empezando con ejercicios de bajo impacto en la alberca, seguidos de bicicleta estacionaria y elíptica, acompañados de ejercicios de fuerza y estiramiento.
El objetivo es seguir un programa de actividad física que tenga como objetivo aumentar la capacidad aeróbica y muscular, y la fuerza del abdomen. Realizar ejercicio moderado, que conste de componentes aeróbicos y de resistencia, es suficiente para proporcionar una reserva fisiológica adecuada y energía. Obviamente cada rutina debe de estar diseñada para las necesidades de cada persona.
Cuida lo que comes. Un paciente desnutrido (eso no siginifca que este bajo de peso) antes de una cirugía, tiene mayor riesgo de morbilidad y mortalidad. El objetivo de la terapia nutricional durante el período perioperatorio es, optimizar las reservas de nutrientes antes de la operación, y proporcionar nutrientes adecuados para la recuperación después de la cirugía. Esto incluye la prevención de la pérdida de masa corporal magra, que se correlaciona inversamente con la supervivencia de los pacientes críticos.
La proteína es súper importante para la reparación muscular y de otros tejidos. En el estudio de la Universidad de McGill, los pacientes consumieron entre 10 y 20 gramos de suero de proteína, después de cada entrenamiento, para construir masa muscular magra.
Deja el cigarro. El cigarro alenta el proceso de recuperación y sanación, y aumenta el riesgo de complicaciones. Dejar de fumar un mes antes de la cirugía, puede traer beneficios. Un estudio demostró que dejar de fumar cuatro semanas antes de entrar al quirófano, reduce en un 23 por ciento el riesgo de problemas respiratorios.
Haz rutinas de relajación. Las personas ansiosas o deprimidas, generalmente reportan mayor dolor después de una cirugía y es más común que presenten complicaciones. Algunas sugerencias son la respiración profunda y estrategias de visualización.
Recuerda, el 50 por ciento del éxito de una cirugía, se debe al cirujano, y el otro 50 por ciento se debe al compromiso del paciente para la recuperación, empezando por la prehabilitación.
Más información | McGill University
Imagénes | Ted Eytan | Official U.S. Navy Page | Kenny Holston | Health Gauge |
En Vitónica México | El “cuello de texto”, una epidemia que daña nuestras columnas En Vitónica México | La pesadilla de los deportistas: una fractura de tobillo
Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com.mx
VER 0 Comentario