Cada cuerpo responde de forma diferente ante patógenos, virus, bacterias y hasta el estrés. De acuerdo a estudios recientes, la inflamación y otras respuestas inmunes son diferentes entre los africanos y los europeos. Se cree que la principal razón está en los genes, los europeos heredaron información genética de los neandertales lo que ocasiona esta diferencia en los sistemas inmunológicos. Estudios previos habían encontrado que alrededor del 2 por ciento del ADN de las personas que viven fuera de África en la actualidad, tiene un origen neandertal.
Se demostró que las personas de ascendencia africana presentan una respuesta inflamatoria más fuerte a ciertas infecciones, comparados con personas de ascendencia europea. En un experimento, los investigadores observaron cómo las células inmunes respondían a la bacteria Salmonella o Listeria. Compararon la respuesta de las células inmunes de 80 africanos con las respuestas de 95 europeos. Los africanos presentaron una respuesta inflamatoria mucho más fuerte, reduciendo el crecimiento bacteriano al triple, en comparación con las células europeas.
Una respuesta inflamatoria fuerte puede salvar vidas cuando nos enfrentamos a agentes infecciosos, sin embargo cuando existe un mal funcionamiento o empieza en el momento equivocado, puede causar daño en tejidos y órganos, o causar enfermedades inflamatorias.
En uno de estos estudios también se encontró que casi el 10 por ciento de los genes en las células inmunes llamadas macrófagos, encargadas de engullir a los invasores del cuerpo, responden de manera diferente a las infecciones de acuerdo a la ascendencia de las personas. Estas diferencias relacionadas con la ascendencia, muestran signos de que evolucionaron hace poco tiempo, lo que sugiere que permitieron que las personas se adaptarán a su entorno.
Investigaciones anteriores habían encontrado que los descendientes de europeos, en comparación con las personas de ascendencia africana, experimentan hasta tres veces más a menudo enfermedades infecciosas, como tuberculosis, así como trastornos autoinmunes, como lupus y psoriasis. Una posible explicación a la respuesta inflamatoria débil en los europeos es que después de que los humanos modernos emigraron de África, estuvieron expuestos a niveles más bajos de patógenos y a gérmenes menos nocivos, lo que redujo la necesidad de señales fuertes y costosas pro-inflamatorias.
En el otro estudio se observó como las células inmunes africanas y europeas, respondían al virus de la influenza y a algunas moléculas que desencadenan reacciones antibacterianas. También encontraron que los neandertales introdujeron variantes genéticas que influyen en la respuesta a los virus. Una sola variante genética encontrada en los europeos, pero no en los africanos, reduce la actividad de 81 genes de inflamación. Los científicos creen que los europeos evolucionaron para tener una respuesta inmune más débil, como una ventaja de supervivencia.
Estos resultados son bastante importantes, ya que abren una puerta para entender cómo funcionan los mecanismos en cada persona, y podrían ayudar a comprender las diferencias étnicas en las enfermedades del sistema inmunológico.
Vía | Live Science
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