En un estudio realizado en el Institut Marquès en Barcelona, y publicado en la revista científica Ultrasound, investigadores españoles demostraron que un feto de 16 semanas ya es capaz de oír de forma eficaz y responder a la música, siempre y cuando ésta se emita desde la vagina de la madre. Los investigadores suponen que el sonido que les llega a los fetos del exterior y de la voz de la madre, lo perciben como un susurro y de forma distorsionada, ya que los tejidos blandos del abdomen y del interior del cuerpo de la madre absorben las ondas sonoras.
Uno de los objetivos del estudio era probar un dispositivo que pudiera descartar sordera fetal. Con música emitida desde la vagina, el 87% de los fetos responden al estímulo moviendo la boca o la lengua, y casi el 50% de los fetos, abrieron muchísimo la mandíbula y sacaron la lengua al máximo. Con estos resultados se observa que los fetos realizan movimientos de vocalización, antes de la adquisición del lenguaje.
Para llevar a cabo el estudio, se diseñó un dispositivo especial, capaz de emitir sonidos a una intensidad media de 54 decibeles, el equivalente a una conversación en tono bajo o a música ambiental. Los investigadores escogieron la pieza de Partia in A Minor for Flute Alone – BWV 1013 de Johan Sebastian Bach. Cuando se aplicó música emitida desde el abdomen, o vibraciones sonoras, no se observaron cambios en las expresiones de los fetos. En el siguiente vídeo puedes ver algunas imágenes de los ultrasonidos obtenidos en el estudio, aunque a mí me parece que no se la están pasando tan bien.
Según el profesor Alberto Prats, catedrático de Anatomía y Embriología Fetal de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, la música induce una respuesta de movimientos de vocalización porque activa circuitos cerebrales de estimulación del lenguaje y de la comunicación. Cuando se termina la formación del oído interno, y el feto recibe a través de la cóclea, un estímulo auditivo que incluye ritmo o melodía, se activan centros muy primitivos del tronco del encéfalo en el área relacionada con la conducta social que inducen a la vocalización.
Además de ser una posible herramienta para detectar la sordera, los investigadores aseguran que esto demuestra que el aprendizaje empieza en el útero, y puede ser utilizado como estimulación temprana.
Más información | Institut Marquès
Vía | PR Newswire
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