Uno de los padecimientos que afecta a miles de personas en todo el mundo diariamente, es la distención abdominal, una hinchazón que con frecuencia es ocasionada por comer en exceso y no precisamente por una enfermedad grave. Desde luego, también están otras causas como la deglución de aire, el síndrome de intestino irritable, la intolrencia a la lactosa y el síndrome premenstrual, por nombrar algunas.
Cuando se trata de una inflamación producida por los alimentos, las molestias desaparecen en cuanto nuestro organismo digiere el alimento. De allí, que siempre se recomienda comer porciones más pequeñas para prevenirlo. Pero los siguientes alimentos, por su naturaleza o producción, tienden a causar inflamación.
Con el paso de los años, los estudios señalan que el principal contribuyente de la inflamación crónica procede de lo que comemos, y como veremos, buena parte de los alimentos que la causan tienen un lugar en nuestra dieta. Cuando los comemos diariamente encendemos las alarmas de nuestro sistema inmune y su constante respuesta antiinflamatoria terminará convirtiéndose en problemas para nuestra salud.
Alimentos ricos en azúcar
Llámense refrescos, golosinas, panes o bebidas de café, cuando comemos alimentos ricos en azúcar provocamos que nuestro organismo sea incapaz de procesar rápidamente el exceso de glucosa, lo que finalmente pude aumentar los niveles de citoquinas, un conjunto de proteínas del sistema inmune que son son pro-inflamatorios. Además, los azúcares suprimen la efectividad que tienen los glóbulos blancos para matar a los gérmenes, debilitando nuestro sistema inmune y haciéndonos más susceptibles a enfermedades infecciosas.
La solución, es sencilla: sustituir los alimentos con alto índice glicémico, como los antes mencionados, por alimentos con un índice menor, entre los cuales se encuentran los granos enteros y los alimentos que contienen grasas saludables, proteína y fibras.
Aceites vegetales
En esta categoría encontramos las mayonesas, los aderezos para ensaladas, la salsa barbecue, las galletas saladas y las papas fritas. Resulta que los fabricantes de alimentos procesados, al ser advertidos de los efectos negativos de las grasas trans, comenzaron a elaborar sus productos en aceites vegetales como son el de soya, el de maíz o el de palma. Una sustitución que tampoco mejora las estadísticas de estos problemas, pues no hay que olvidarnos, que los aceites vegetales tienen una alta concentración de omega-6, un ácido graso inflamatorio, en lugar del buen omega-3.
Alimentos fritos
A nuestro alcance están hoy en día una gran cantidad de comida de conveniencia: papas a la francesa, pollo frito, deditos de pescado, nuggets de pollo, aros de cebolla y un largo, muy largo etcétera. Estos alimentos fritos nos causan inflamación debido a otro problema de los aceites vegetales: el alto contenido de productos finales de glicosilación avanzada (AGE), que se forman al cocinar con altas temperaturas y que son considerados causantes de inflamación.
Harinas refinadas
A todos nos encanta una buena rebanada de pizza, el pan blanco, la pasta, las tortillas de harina, los bagels y un rico plato de cereal de desayuno. Pero todos estos alimentos tienen en común el uso de harina de trigo refinada para su elaboración. El trigo no es malo, sino que el proceso de refinación le quita la fibra de baja digestión y sus nutrientes, lo que conlleva a que nuestro cuerpo procese dichos alimentos de forma rápida y entre más velozmente lo haga, más se elevan nuestros niveles de glucosa así como nuestra producción de insulina, una combinación que está asociada con una respuesta inflamatoria.
Lácteos
Si bien una porción moderada de yogur al día puede ayudarnos a reducir nuestros problemas de inflamación gracias a sus probióticos, también es cierto que los lácteos enteros son una fuente de grasas saturadas que inducen la distensión.
Aunado a ello, los lácteos son un alérgeno tan común que 1 de cada 4 adultos tiene dificultada para digerirlos, ya sea por intolerancia a la lactosa o sensibilidad a la caseína. Así, al igual que todo alérgeno, los lácteos son capaces de generar reacciones inflamatorias, así como la liberación de histaminas.
Aditivos artificiales
Como consumidores consientes, debemos aprender a distinguir entre comida real y comida procesada. Lo bueno, es que es muy fácil: todo alimento que tenga un empaque o una etiqueta - con excepción de las etiquetas en las frutas y verduras - es un alimento procesado o lo que es lo mismo, no procede de la naturaleza y por tanto, nuestro cuerpo no tiene forma de procesarlo, y eso es debido a los aditivos artificiales que contienen.
Entre estos aditivos encontramos colorantes artificiales hechos con derivados del petróleo, emulsificadores para darle mayor consistencia, endulzantes artificiales y grasas trans que no solo nos provocan inflamación, sino otro gran número de problemas de salud.
Imágenes | Pixabay
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