Todos los que trabajamos en una oficina 8 horas o más, sabemos el terror que significa vencer a la báscula mientras somos "oficinistas" promedio. Existen hábitos básicos que debemos adoptar para evitar subir de peso mientras laboramos, a continuación te presentamos algunos:
Tuppers y lonchera al trabajo
¡Muévete!
Si ya comiste en tu oficina, seguramente te sobrará mucho tiempo en tu hora de comida y sabemos que la Ciudad de México no es propiamente el lugar ideal para ir y volver de casa, ya que las distancias pueden desquiciar a cualquiera, pero aprovecha ese tiempo "de sobra" y en vez de pasarlo en Facebook, mejor salte a caminar. Conozco gente que inclusive aprovecha este horario para ir a hacer algo de cardio al gimnasio (que les queda cerca de su oficina) o bien, si vives en el DF puedes rentar una "EcoBici" que es bastante económica ($400.00 MX al año) y dar una vuelta por la oficina, ya existen en las zonas de Polanco, Anzures, Condesa, Roma y gran parte del poniente de la ciudad. ¡Anímate a hacer algo diferente!
Lávate los dientes después de comer
Y no, no es únicamente por el hábito de higiene (que por supuesto debe ser el principal motivador de hacerlo) sino porque también, el tener un aliento fresco y con sabor a menta, te alejará de los típicos snacks oficinistas post-lunch y te ayudará a minimizar cualquier antojo por dulces o salados que te haya quedado.
Ten a la mano snacks saludables
Nunca falta el "alma caritativa" de la oficina que te ofrece cupcakes (¡que el o ella mismo horneo!) donas, panquecitos, panecitos y galletas, agradece amablemente pero ¡alejate! evita todo ese tipo de antojos, que muchas veces por compromiso social terminamos aceptando y nos aleja de nuestro plan saludable. En cambio, ten siempre a la mano snacks saludables, como apios o pepinos con chile piquín, barritas de queso mozzarella, nueces, almendras, fruta seca, etc. Cualquier opción será mejor que los cupcakes que vende la secretaría del piso de arriba.
Vive pegado a la botella de agua
Tal cual de forma literal, no te le despegues. Evita los refrescos de la máquina dispensadora (aun los "light") y ten a la mano siempre una botella de agua rellenable. Si al principio te cuesta trabajo, puedes ponerle un sobrecito de té verde, té de limón o té de jamaica (sin azúcar ni edulcorantes añadida) y piérdele el miedo poco a poco al agua natural, una vez que le encuentras el gusto no lo podrás dejar nunca más y te habrás hecho de uno de los hábitos mas saludables en tu vida.
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