Si te piensas, te sientes y actúas como campeón, estás del otro lado; para lograr esto aquí te presentamos algunas recomendaciones.
Ya me vi. No tiene nada de malo soñar despiertos y visualizarnos a nosotros mismos como ganadores en una competencia, cruzando la línea de meta en primer lugar o simplemente volteando a ver nuestro reloj y habiendo roto un récord personal. ¿Cómo te sientes al llegar ahí? ¿Qué emociones despierta eso en ti? ¿Sientes alegría? ¿Qué dicen tus amigos y familiares? Se vale imaginar el escenario perfecto. La ley de atracción nos ha enseñado que cuanto más imaginemos, más se nos cumplirá.
Ya lo pasado, pasado. No te claves, la mayoría de los atletas tienen memoria fotográfica en cuanto a los fracasos se trata y recuerdan una y otra vez esa caída o ese lapsus que los hizo fallar. Los deportistas exitosos no se detienen en pensar en los errores, simplemente los superan, continúan sus entrenamientos y toman esa experiencia para continuar.
Ubícate. Encontrar nuestro espacio y zona correcta no es fácil, debemos ser realistas en cual es nuestra condición y no imponernos metas imposibles. Muchos atletas se presionan tanto en una competencia que quieren estar a un nivel elite cuando en realidad están por debajo, no hay como preguntarte a ti mismo si estas sobre-actuando y exagerando tu desempeño y con una respuesta sincera controlar el ritmo, fuerza o velocidad (dependiendo el deporte) y ubicarte en el rango correcto.
Califícate. Nosotros somos nuestros mejores jueces (ojo: no seas demasiado duro contigo mismo). Después de cada competencia o desafío pregúntate a ti mismo: 1. ¿Qué fue lo bueno que hice? 2. ¿Qué es lo que tengo que mejorar? 3. ¿Qué cambios debo hacer para obtener lo mejor de mi? Con éstas tres respuestas podrás premiar tus créditos y de la misma forma aprender de los errores para no repetirlos.
Mariposas en el estómago. No te sientas mal por tener esa ansiedad antes o durante una competencia, canalízala en el lugar correcto y aprovéchala para rendir más. Los nervios pueden ser buenos siempre y cuando sean un motivador y no un bloqueo, date cuenta que ya estás ahí y que haber llegado a ese momento te tomó entrenamiento y sacrificio, ahora ha llegado el momento de probar de qué estas hecho.
Foto | Dirima
En Vitónica | Coaching deportivo: motivación, la gasolina de nuestra mente
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