Existe un montón de evidencia que asegura que el ejercicio beneficia a nuestros cerebros, especialmente el aprendizaje y la memoria. Pero cuando se trata de retener información nueva, sólo hacer ejercicio no es suficiente. Nuevas investigaciones sugieren que el tiempo en el que se realiza, es importante también.
Según un estudio publicado en la revista científica Current Biology, el ejercicio mejora la memoria cuando se hace 4 horas después de aprender algo nuevo, pero no si se realiza inmediatamente después. Las imágenes del cerebro también revelaron patrones de actividad más nítidas en el hipocampo, una región crucial para formar y almacenar recuerdos, entre las personas que se ejercitan cuatro horas después de estudiar o aprender algo nuevo.
Investigadores de la Universidad de Radboud en Holanda, le mostraron a 72 hombres y mujeres fotografías de objetos colocados en diversos lugares en una pantalla. Midieron su línea base de retención de memoria observando su capacidad para recordar la ubicación de cada objeto. A continuación, cada participante se dividió al azar en tres grupos diferentes. El primer grupo completó un entrenamiento de intervalos de 35 minutos en una bicicleta estacionaria inmediatamente después de la tarea de aprendizaje, luego vieron un documental sobre la naturaleza de tres horas, antes de regresar al laboratorio para simplemente sentarse en la bicicleta durante otros 35 minutos.
El segundo grupo lo hizo a la inversa, es decir realizó el entrenamiento de intervalos al último, mientras que el tercer grupo sólo vio el documental y se sentó en la bicicleta, sin hacer ejercicio, durante dos períodos de 35 minutos. Cuarenta y ocho horas más tarde, los investigadores realizaron la prueba de memoria en todos los participantes, esta vez utilizando una resonancia magnética para ver sus cerebros. Los que hicieron ejercicios cuatro horas después de haber aprendido, tuvieron mejor retención de memoria que los que hicieron ejercicio inmediatamente después de ver el documental o de los que no hicieron ejercicio. No hubo diferencia en la memoria entre los de ejercicio inmediato y el grupo que no se ejercitó.
También analizaron la similitud de los patrones de actividad del hipocampo en cada grupo. Nuestros cerebros almacenan los recuerdos como patrones de actividad neuronal. La idea es que los patrones bien definidos y más claros, es decir recuerdos más estables, son similares entre un individuo y otro. Por otra parte, los patrones de actividad borrosa muestran más variación. Efectivamente, los patrones de actividad del hipocampo mostraron una mayor similitud entre los participantes en el grupo de ejercicio retardado.
Los investigadores no están seguros de por qué posponer el ejercicio un par de horas ofrece una ventaja. Lo que si saben es que el ejercicio aumenta la cascada de neurotransmisores necesarios para la retención de la memoria. El retraso en el ejercicio podría darle más tiempo a que se lleve a cabo esa cascada. En un futuro los investigadores realizarían estudios similares utilizando medicamentos que bloquen ciertos componentes de esa cascada para encontrar el mecanismo que logra una mejor retención de información.
Vía | OZY
Imagen | Tejvan Pettinger
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