Como hemos hablado mucho por aquí, los entrenamientos de alta intensidad están de moda y cada vez más gente los practica. Una pregunta que suele surgir con este tipo de ejercicios es la siguiente: ¿es bueno que tu entrenamiento te deje completamente agotado?
La respuesta depende de lo que tu cuerpo puede manejar y de tus objetivos personales de entrenamiento. Muchas personas, erróneamente, creen que terminar destruidos después de un entrenamiento les traerá más beneficios, pero para lograr una buena condición física no necesariamente necesitas quedar hecho polvo.
Es cierto que los entrenamientos de alta intensidad pueden tener muchos beneficios. Se sabe que periodos a intervalos de esfuerzo máximo, durante cualquier ejercicio, ayudan a aumentar fuerza, resistencia y a la pérdida de grasa en comparación con un entrenamiento a un ritmo más lento. Además la mayoría de los entrenamientos de alta intensidad los puedes realizar en menos de 30 minutos, convirtiéndolos en un entrenamiento ideal para muchas personas que no tienen tiempo de entrenar. Pero existe una gran diferencia entre agregar unos pocos minutos intensos a tu rutina semanal y a terminar completamente destruido después de cada visita al gimnasio.
¿Qué es un entrenamiento de baja intensidad?
Un entrenamiento de baja intensidad es un ejercicio cardiorrespiratorio donde el ritmo cardíaco se mantiene relativamente constante durante un período prolongado, generalmente durante 30 a 60 minutos. La intensidad del ejercicio depende de la condición física de cada persona, el objetivo es poder realizar la misma actividad durante al menos 20 minutos.
Para evaluar la intensidad de tu ejercicio, se utiliza la “prueba de la conversación”. Si puedes mantener una conversación con facilidad mientras entrenas, se dice que se trata de un entrenamiento de baja intensidad, si puedes seguir conversando cómodamente pero con respiraciones más frecuentes y fuertes, entonces de trata de un entrenamiento de intensidad moderada, si te tienes que hacer una pausa al conversar para respirar entonces seguramente estás realizando un ejercicio de intensidad moderadamente alta.
Beneficios de los entrenamientos de baja intensidad
Si después de una sesión de entrenamiento, no nos duelen todos los músculos o no nos sentimos completamente agotados, no significa que haya sido tiempo perdido. Nuestro cuerpo se está beneficiando de cada uno de los movimientos que realizamos y de las actividades que hicimos.
Sin duda para progresar y mejorar en nuestro entrenamiento es importante aumentar periódicamente la intensidad de nuestros ejercicios. Pero los días en los que nuestro entrenamiento no es tan intenso, es decir cuando nuestra frecuencia cardiaca máxima no supera el 50 por ciento, son muy importantes para la salud de nuestro cuerpo.
Nuestro cuerpo quema calorías inclusive durante los entrenamientos de menor intensidad. Por eso se dice que estar activo durante todo el día, aunque sea en intensidad baja, puede traer muy buenos resultados para la salud del corazón y para nuestro metabolismo, inclusive para vivir una vida más larga saludable.
Cada vez que entrenamos o nos ejercitamos desgastamos a nuestro cuerpo, especialmente al sistema locomotor. Además desafiamos a nuestro corazón y a nuestros pulmones. Por eso después de un entrenamiento es súper importante descansar bien, hidratarnos y comer adecuadamente, ya que es la única forma en la que nuestro cuerpo se puede recuperar y mejorar. Cuesta más tiempo que tu cuerpo se recupere después de un entrenamiento que te deja hecho polvo.
Es importante escuchar a nuestro cuerpo. Si no has dormido bien, te estás recuperando de una lesión o estás demasiado estresado, un entrenamiento de alta intensidad puede que no sea la mejor opción para tu cuerpo o para tu estado mental.
¿Por qué son importantes los entrenamientos de baja intensidad?
Sobre todo si estas empezando a ejercitarte, es importante encontrar un entrenamiento que te guste y que sepas que puedes seguir realizando en unos meses. El objetivo para mejorar tu condición física es mantener una rutina de ejercicio constante. Empezar con ejercicios de baja intensidad es una buena idea porque evitas lesiones y poder incrementar paulatinamente la intensidad de los entrenamientos, motivándote a seguir adelante.
Si ya entrenas con regularidad no te debes de olvidar de los entrenamientos de baja intensidad. Puedes realizar ejercicios de recuperación activa para ayudar al cuerpo a recuperarse en lugar de desgastarlo más. Por ejemplo, puedes realizar 30 minutos de bicicleta o elíptica a un ritmo fácil en el que puedas mantener una conversación sin problema, o una sesión de yoga para mover y estirar todo tu cuerpo.
Si realizas entrenamiento de alta intensidad, no debes de olvidar la importancia y los beneficios de los entrenamientos de baja intensidad. Escucha a tu cuerpo y hazle caso cuando sientas que te estás sobre ejercitando o que es tiempo de cambiar tu rutina de trabajo.
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