La sal, o cloruro de sodio, es uno de los condimentos más importantes al momento de cocinar y darle sabor a una receta. Sin embargo debemos de saber que en algunos casos no es bueno añadir demasiada sal, sobre todo si cocinamos para personas con alguna condición de salud. Y lo más importantes es que al momento de reducir la sal, no sólo es dejar de agregar sal a nuestros alimentos, ya que el 80 por ciento de la sal que consumimos se encuentra “escondida” en los alimentos procesados.
Para funcionar correctamente, un adulto promedio debe de consumir 2 gramos de sal al día y no más de 6 gramos. El sodio no siempre es malo, ya que es un mineral esencial para mantener el equilibrio de los líquidos dentro de las células, para la contracción muscular y para la transmisión de impulsos nerviosos. El cloruro, el otro producto químico en la sal de mesa, ayuda en la digestión. El problema es que hoy en día, la mayoría de las personas consume dietas demasiado altas en sodio.
Las empresas de alimentos agregan sal a la mayoría de sus productos principalmente porque es uno de los potenciadores de sabor más baratos, además como sabemos, la sal hace que los alimentos sepan más rico. Una de las principales consecuencias del consumo de sal es la sed, y muchas empresas aprovechan estos dos factores para promover el consumo de sus propios refrescos o bebidas.
¿Qué pasa si consumes mucho sodio? A medida que el exceso de sodio se acumula en el torrente sanguíneo, el cuerpo retiene agua para tratar de diluir el sodio. Esto aumenta la cantidad de líquido que rodea las células y el volumen de sangre en el torrente sanguíneo. Un aumento en el volumen de sangre significa que el corazón debe de trabajar más y existe más presión sobre los vasos sanguíneos. Con el tiempo, el trabajo y la presión extra pueden endurecer los vasos sanguíneos, lo que ocasiona presión arterial alta, derrames cerebrales y la posibilidad de ataques cardíacos.
El sodio y el potasio tienen efectos opuestos en la salud del corazón. La alta ingesta de potasio puede ayudar a relajar los vasos sanguíneos, excretar el sodio y disminuir la presión arterial. Como te imaginaras, nuestros cuerpos necesitan más potasio que sodio, pero la dieta típica actual ofrece justamente lo contrario. Para revertir esto es importante consumir más verduras y frutas frescas, idealmente cinco porciones al día, y comer menos pan, queso, aderezos, y carnes procesadas.
También es importante saber que la sal no es la única fuente de sodio. Podemos encontrar sodio en aditivos como nitrito de sodio, bicarbonato de sodio y glutamato monosódico. Así que es muy importante leer las etiquetas de todos los alimentos procesados, así como de algunos medicamentos.
Si quieres reducir el consumo de sal dentro de tu dieta diaria te damos algunas recomendaciones. Limita la cantidad de sal que añades a los alimentos al momento de cocinarlos, poco a poco educaras a tu paladar y no será necesario añadir tanta sal. Evita productos altamente procesados y siempre lee la etiqueta para comprobar la concentración de sal.
Imágenes | Dubravko Sorić | stu_spivack | Dion Hinchcliffe |
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