Muchas veces después de entrenar tenemos un hambre impresionante, pero eso no significa que tenemos que comer lo primero que se nos cruza en el camino. Después de quemar cantidades grandes de energía, es lógico que te den ganas de alimentos altos en calorías para recuperar lo que has perdido y para guardar reservas para el próximo entrenamiento.
Primero debemos de saber identificar el hambre de lo que creemos que es hambre y segundo, saber que entrenar no es sinónimo de privarnos de alimentos, al contrario necesitamos estar bien nutridos para poder alcanzar nuestras metas. Aquí encontraras algunos consejos.
Cuando el hambre ataca después de entrenar es fácil hacerle caso y terminar consumiendo demasiadas calorías. Para evitar esto, cuando sepas que vas realizar un entrenamiento más pesado, trata de comer algo inmediatamente antes o después de entrenar en lugar de esperarte a consumir más durante el día en una comida grande. Se ha demostrado que si no atendemos al momento esa necesidad de energía, tendemos a consumir muchas más calorías de las necesarias durante el día. Para una recarga de energía, puedes comer un plátano antes o durante el entrenamiento o un licuado de recuperación justo después de entrar.
Si estas empezando un entrenamiento intenso, por ejemplo para un maratón, muchos entrenadores te recomendaran aumentar hasta un 10 por ciento tu kilometraje semanal. De la misma forma tu ingesta de calorías debe de aumentar entre un 10 y un 20 por ciento. Si te preocupa subir de peso, aumenta el 10 por ciento y ve cómo reacciona tu cuerpo.
Pon atención cuando te da hambre. Evalúa en que momento del día es cuando te sientes más hambriento. De esa forma, puedes hacer cambios en el tiempo y en la distribución de tus comidas para que tu cuerpo se sienta más tranquilo manejando sus reservas de energía.
Muchas veces cuando tenemos un ataque de hambre, consumimos alimentos altos en azúcares y en carbohidratos refinados. Para manejar mejor las reservas de energía, la recomendación es consumir alimentos integrales y frescos. Puedes agregar valor nutricional a tus antojos post-entrenamiento, en lugar de pedir una dona puedes pedir un yogurt con granola.
Cambia tu mentalidad sobre la relación entrenamiento-comida. Si comes adecuadamente, y cumples con los requisitos nutricionales para soportar tu entrenamiento, tendrás una mejor relación entrenamiento-comida. Como dicen por ahí: ?Nunca corras solo para comer, come para correr?.
Si realmente comes y te nutres adecuadamente para entrenar, tendrás una mejor recuperación y un abastecimiento de energía adecuado, evitando esos picos de hambre voraz durante el día.
Imágenes | Kārlis Dambrāns | Randy Auschrat |
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