En múltiples ocasiones, nos creemos a prueba de todo, y comemos cosas que normalmente no haríamos, de dudosa procedencia, preparación, sin medidas higiénicas mínimas; como lavarse las manos antes de comer o no sabemos cómo cocinaron lo que estamos a punto de consumir, si no está descompuesto y disfrazado con saborizantes para engañar a nuestros sentidos, y un largo etcétera. Creo que todos conocemos algunos escenarios desastrosos que no quisiéramos vivir. Como parte de una buena salud, el cuidado de nuestro aparato digestivo es de suma importancia. En esta nota veremos como tener un intestino feliz y saludable.
Como consecuencia de una comida abundante, indigesta, mal conservada u otras razones, nuestro estómago e intestinos la pueden pasar muy mal. En el mejor de los casos, con pastillas o jarabes para la indigestión, se pueden aliviar los síntomas, sin ir más allá de un mal pasajero y unas visitas al sanitario. Sin embargo, existen enfermedades de transmisión alimentaria que pueden tener graves consecuencias, como una gastroenteritis, que fácilmente se podría haber prevenido con una serie de buenos hábitos de alimentación y un poco de sentido común.
Las bacterias intestinales mejor conocidas como flora intestinal o microbiota tienen una importante función inmunológica. Una saludable y balanceada microbiota promueve un fuerte sistema inmune y disminuye los niveles de inflamación crónica. Mientras que una microbiota deteriorada, esta vinculadas con obesidad, asma, diabetes, alergias, enfermedades inflamatorias intestinales crónicas, algunos tipos de cánceres y enfermedades cardiovasculares entre otras.
¿Cómo cuidar nuestro intestino?
Debido a que todo lo que comemos entra en contacto con nuestra microbiota, una dieta alta en alimentos refinados, cargada de alimentos procesados, estaremos enviando a nuestra microbiota a un desequilibrio. La relación entre comida y la microbiota tiene dos vertientes: los alimentos afectan su composición, y la composición de la microbiota afecta como digerimos y absorberlos los nutrientes de los alimentos.
La conexión entre lo que comemos y la salud de nuestras bacterias benéficas intestinales, es compleja, Sin embargo una dieta rica en vegetales, alta en fibra y un consumo regular de alimentos fermentados, nutren y estimulan a las bacterias, que con el tiempo pueden cambiar y tener un balance a una población bacteriana más saludable.
La fibra es nuestra amiga
Nuestra microbiota se adapta al medio, y si este medio no le proporciona la fibra que necesita, gradualmente se irá debilitando la capa mucosa que protege al intestino, y recordemos que esta capa, es una barrera de protección para el sistema inmune. Así que la mejor forma de nutrir una estable y diversa comunidad de "animalillos" intestinales es ofreciéndole un buffet de una variada selección de vegetales, frutas, cereales enteros, y leguminosas como los frijoles, garbanzos, lentejas y habas. Todos estos alimentos contienen sustancias prebióticas (¿Te suena familiar ese nombre?), es decir, fibra dietética que no es digerible, pero al llegar al intestino, las bacterias que habitan en el colon, la fermentan.
A pesar de que muchas verduras contienen fibra prebiótica, también existen otras fuentes: plátanos, cebada, Centeno, trigo, ajo, poro o puerro, cebollas, brócoli, coles, jícama, lentejas, garbanzos, productos de soya. Cabe mencionar que si no estás acostumbrado a llevar una dieta rica en fibra, y decides empezar con altas dosis precipitadamente, pueden haber consecuencias en el organismo, como flatulencias y diarrea.
Para evitar estas situaciones ve poco a poco, aumenta pequeñas dosis de fibra cada día hasta que llegues a la ingesta diaria recomendada. Una buena transición sería incluir almidones resistentes como pasta integral, arroz y papas.
Otro alimento a destacar son aquellos fermentados, que tienen un efecto benéfico al aumentar y equilibrar la microbiota. Pueden ser yogurt, alimento lácteo fermentado, tempeh, miso, pepinillos, búlgaros, entre otros.
Por último, una dieta alta en grasas saturadas puede ser dañina para nuestras bacterias intestinales. Por esta razón limita su consumo y opta por opciones más saludables, como aguacate, aceite de olivo, nueces, y semillas. De igual forma, limita tu consumo de carne.
En conclusión: lleva una dieta correcta con una buena cantidad de fibra y alimentos vegetales, incluye en la semana alimentos fermentados, y cereales integrales. No es necesario mencionar que el consumo de alimentos preparados con nulas medidas de higiene, puede traer graves consecuencias a la salud.
Imagen | Gabriel Flores Romero|paPisc|Vegan Photo En Vitónica México | Tu salud mental puede depender de las bacterias en tu intestino En Vitónica México | ¿Alguna vez te has preguntado si tu intestino delgado es saludable
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