Hace unos días platicábamos de las terribles contracturas musculares, sin duda una de las lesiones más aquejan al mundo deportivo. No tan alejado de esto también se encuentran los calambres, uno de los dolores musculares más comunes generalmente provocados por una descompensación del equilibrio hidroelectrolítico, es decir: deficiencia de algunas sustancias en nuestro organismo como el calcio o magnesio por una deshidratación o ejercicio excesivo. ¿Cómo los prevenimos?
Sin dudas la alimentación juega un rol muy importante en la prevención de los calambres, y existen alimentos muy generosos que proporcionan los nutrimentos que nuestro cuerpo necesita:
Productos lácteos: Los productos lácteos como la leche, yogurt y el queso son una fuente potente de calcio. Agrégalos a tu plan de alimentación diario.
Verduras y hortalizas: Éstas contienen una buena cantidad de magnesio y potasio, los cuales son indispensables en el correcto funcionamiento de los músculos así como de la elasticidad de los mismos.
Cereales y granos: Contienen un alto contenido de nutrientes, fibra y proteínas de alto valor, además promueven la saciedad y alivia síntomas asociados al hipotiroidismo. Se recomienda el consumo de avena, arroz integral o quinoa.
Agua: Una correcta hidratación antes, durante y después del deporte también ayudará, la recomendación de los profesionales en la materia tiene que ver con el consumo de 1.82 lt. de líquido al día.
Pescados y mariscos: Si de proteínas y nutrientes se trata el pescado proporciona una generosa cantidad que ayudan a prevenir los calambres musculares. La recomendación es comer pescado y especialmente mariscos que son ricos en magnesio.
Si eres víctima de un calambre, estira el músculo y aplica un masaje ligero en la zona del dolor. Hidrátate correctamente e ingiere une fuente importante de potasio o magnesio.
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