Hoy en día nos quejamos bastante de los anuncios que retratan a mujeres con medidas y apariencias “perfectas”, los cuales muchas veces están retocados. Pero es cierto que cada vez son más las compañías que buscan eliminar estos estereotipos, buscando mujeres normales. Y aunque a veces parezca que estamos estancados, sólo basta con darnos una vuelta por anuncios de hace unas cuantas décadas.
Aunque en ese momento eran normales, hoy en día podemos ver que la mayoría de esos anuncios dirigidos a las mujeres, solo creaban vergüenza hacia sus cuerpos, y eran bastantes sexistas. La premisa más común era que una mujer no querría ofender a un hombre. Muchos de los anuncios advertían que el marido se iba a ir de la casa si las mujeres no utilizaban determinado producto de higiene personal o algún electrodoméstico.
Pero ¿cuándo empezó todo esto? A finales del siglo XIX empezó la popularidad de las revistas, y desde esa fecha los anuncios empezaron a fomentar la inseguridad en nuestra cultura. En la época victoriana había un especial interés en la remodelación facial. Existían dispositivos que se colocaban en la cara para levantar la barbilla y mejorar la forma de la nariz. En esta época el modelo de belleza femenina exigía cinturas ajustadas y pequeñas, un trasero prominente, y un cabello largo y brillante.
Con el paso del tiempo, las revistas asumieron la responsabilidad de dar consejos sobre el cuidado de la familia y la moda. Las revistas empezaron a aconsejar qué comprar, cómo cuidar de los hijos, cómo vestirse, y hasta que pensar, hacer y comprar. La mayoría de los anuncios que hoy consideraríamos socialmente inapropiados, tuvieron su pico en la época de 1930. Después de la Segunda Guerra Social, la disminución de este tipo de anuncios fue notoria.
Al analizar estos anuncios, tenemos que considerar la época en la que se hicieron. Por ejemplo, durante la Gran Depresión la comida escaseaba, así que en ese período las personas rellenitas eran consideradas las más atractivas. Si podías comer, significa que no estabas sufriendo. En cambio, en las sociedades donde la comida es abundante, las personas delgadas son más atractivas.
También tenemos que considerar la información médica y tecnológica que se tenía en esa época. Un producto bastante popular en la década de 1920, era el desinfectante Lysol, y no tenía el mismo uso que le damos hoy en día para desinfectar los baños o las cocinas. En esa época era utilizado para la higiene personal de las mujeres. ¿Te imaginas?
Durante los años 70, empezó el movimiento libertador de las mujeres, donde exigían y demostraban que ya no querían seguir con los papeles femeninos tradicionales. En esta época muchas mujeres empezaron a tener trabajos más parecidos a los de los hombres. Y aunque muchos anuncios con este tono desaparecieron, los anuncios continuaron con otras tácticas para seguir haciendo sentir a las mujeres inseguras, asegurándolas que si compran tal producto, su inseguridad desaparecerá.
En la actualidad los anuncios no son tan burlones, pero en muchos casos el mensaje sigue siendo el mismo: las mujeres tienen que encajar en el molde establecido, y no deben de ofender a la sociedad en la que viven. Hoy en día, cada centímetro del cuerpo de una mujer es escudriñado, especialmente cuando se trata de peso.
Vía | Collectors Weekly
Imágenes | Wikimedia Commons | Wikimedia Commons | Wikimedia Commons | Wikimedia Commons |
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