Seguramente en algún momento te ha pasado que sales de tu casa corriendo, y a los pocos minutos te das cuenta que olvidaste tu teléfono celular, probablemente en cuestión de segundos te entra una sensación de ansiedad o pánico. Es un fenómeno bastante común en nuestros días, tanto que ya tiene un nombre: nomofobia.
La nomofobia se describe como presentar sentimientos de ansiedad o angustia cuando no se tiene su teléfono celular, así como el grado en el que una persona depende de su teléfono para completar tareas básicas y cumplir necesidades importantes como el aprendizaje, la seguridad y permanecer conectados a la información y a los demás.
La nomofobia es la abreviatura de “no-teléfono-móvil-fobia”, y el término fue utilizado por primera vez en un estudio realizado en el 2010 por la Oficina de Correos del Reino Unido, para observar las angustias que sufrían los usuarios de teléfonos móviles. El estudio encontró que casi el 53 por ciento de los usuarios de teléfonos móviles en el Reino Unido presentan ansiedad cuando pierden su teléfono, se quedan sin batería o crédito, o no tienen cobertura.
En el estudio participaron 2,163 personas, donde se encontró que el 58 por ciento de los hombres y el 47 por ciento de las mujeres sufren de este tipo de fobia. La principal preocupación, con un 55 por ciento de los encuestados, es no poderse mantener en contacto con amigos o familiares. Muy parecido a estos datos, las tendencias globales son muy parecidas.
Se estima que en Estados Unidos el 65 por ciento de las personas duermen junto a su Smartphone, y este número es mucho mayor entre los estudiantes universitarios. El 34 por ciento de los estadounidenses admite haber contestado su teléfono celular durante la intimidad con su pareja. Más de la mitad nunca apaga su teléfono.
Esta dependencia tiene consecuencias psicológicas. Por ejemplo, investigación sobre la memoria transactiva ha demostrado que cuando tenemos a nuestra disposición fuentes fiables de información sobre temas específicos, se reduce nuestra motivación y la capacidad de adquirir y retener conocimiento sobre ese tema en particular. En el pasado, las principales fuentes de información sobre las cuales podíamos depender eran otras personas. Pero ahora tenemos una fuente omnipresente en nuestros bolsillos. ¿Por qué molestarse en recordar algo cuando podemos buscar en Google? Se ha demostrado que nuestros cerebros ven a nuestros teléfonos móviles como una pareja.
Lo preocupante es que cada vez esta fobia se presenta a una edad más temprana ¿te imaginas las consecuencias a futuro entre los jóvenes? Es importante recapacitar sobre el uso de nuestros dispositivos móviles y si es posible y conveniente, realizar algunos cambios. Por ejemplo, es importante tener algunos momentos al día donde nuestro teléfono este apagado y nos permitamos tener conversaciones cara a cara, o momentos de soledad.
Por cada hora que inviertas frente a una pantalla, trata de invertir la misma cantidad de tiempo con contacto humano. Trata de hacer ayunos de tecnología, por ejemplo un día al mes sin celular, computadora o Tablet. Al momento de dormir, deja tu celular por lo menos a 5 metros de distancia, además de ayudarte a liberarte de estar pegado al celular, al momento que suene la alarama… seguro te levantas.
Vía | Psychology Today
Imágenes | Victor | rob zand | Yoshihide Nomura |
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