No hay nada que nos guste más que las mermeladas de frutas frescas y caseras. En particular, la mermelada de guayaba es de las favoritas: queda perfecto como relleno de panes dulces, o sobre un pan tostado para tomar en la merienda. Con esta receta fácil y sencilla podrás preparar tu propia mermelada en casa con tan solo tres ingredientes.
Las mermeladas de frutas caseras tienen muchos beneficios para la salud. En particular, la mermelada de guayaba. Esta receta recupera muchos de los beneficios de la guayaba, cuyo consumo recurrente puede traer tiene muchos beneficios para tu salud: fortalece el sistema inmune por su alto contenido de vitamina C y ayuda reducir la glucosa en la sangre. Además de que fortalece el sentido de la vista y combate los resfriados. Además, siempre es mejor preparar tus propias conservas en casa, ya que así evitarás el exceso de azúcares añadidos y conservadores.
Eso sí, hay que cuidar el tiempo de vida de nuestras mermeladas caseras, que suele ser de un mes bien refrigeradas. Por eso procura preparar la cantidad necesaria para las recetas que vayas a requerir. O en todo caso, también puedes congelarlas (bien cerradas) para que duren un poquito más.
Para que no te quedes con el antojo de echarte una buena tostada con queso crema y mermelada de guayaba, te contamos como preparar tu propia mermelada de guayaba en casa.
Ingredientes
- Guayaba sin piel, cortada en trozos 1 kg
- Azúcar (dos tazas)
- Jugo de limón (una cucharada)
- Agua (tres tazas)
Cómo hacer Mermelada de guayaba
- Tiempo total 35 m
- Elaboración 15 m
- Cocción 20 m
Ponemos a cocinar los trozos de guayaba en agua por unos diez o quince minutos. Una vez que estén suaves, los colamos y reservamos el agua que utilizamos para cocinarla.
Pasamos la guayaba por un colador para quitarle las semillas a la pulpa y colocamos esta última en una cacerola con azúcar, jugo de limón y una taza y media de agua que reservamos para hervir las guayabas. Cocinamos a fuego medio por aproximadamente 20 minutos o hasta que tengamos la consistencia mermeladosa, sin dejar de remover para que la mermelada no se queme en el fondo.
Una vez que haya adquirido la consistencia deseada, apagamos el fuego y dejamos enfríar nuestra mermelada casera. Cuando haya enfriado recuerda guardarla en un bote o tarro de cristal, previamente esterilizado y disfruta de tu mermelada casera.
Puedes tomarla en el desayuno sobre pan tostado, hotcakes o como ingrediente en las recetas de postres que se te ocurran.
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