Las leches vegetales poco a poco se han ido haciendo un lugar en nuestra alacena así como en la oferta de algunos de nuestros restaurantes y cafeterías favoritas. La última que se ha convertido en tendencia es la leche de avena, misma que incluso Starbucks ha añadido a sus opciones junto a la leche de soya y a la leche de coco.
El crecimiento en el uso de estas bebidas corresponde a la necesidad de encontrar alternativas para quienes son intolerantes a la lactosa, pero también responde a que cada vez hay más consumidores que están optando por reducir su ingesta de productos animales de su dieta. Pero, ¿qué tan saludable es la leche de avena?
La leche de avena ha incrementado su popularidad debido a sus características: es más espesa que otras leches vegetales, tiene más cuerpo e incluso ofrece al paladar una experiencia más similar a la de la leche de vaca. En su forma más básica la leche de avena se elabora moliendo hojuelas de avena y agua, en una proporción de una taza de avena por 3/4 de taza de agua para luego ser colada.
Sin embargo ha llegado también a las estanterías de los supermercados en versiones comerciales que además de añadir vitaminas y minerales incluyen azúcares añadidos, sal y conservadores, entre otros ingredientes que podrían no ser tan beneficiosos para nuestro organismo.
Beneficios de la leche de avena
Particularmente, la leche de avena es una buena opción para personas que tienen alergias o intolerancias. De forma natural está libre de lactosa, nueces, almendras, soyas y gluten. Sin embargo no es tan nutritiva como las hojuelas de avena enteras, de allí que sea fortificada frecuentemente con algunos nutrientes al igual que la leche de almendra.
Desde el punto de vista nutricional, una taza de 240ml de leche de avena sin endulzar y fortificada contiene aproximadamente: 120 calorías, 3 gramos de proteína, 5 gramos de grasas, 16 gramos de carbohidratos, 2 gramos de fibra, vitamina B12, riboflavina, calcio, fósforo, vitamina A, vitamina D, potasio y hierro.
Comparada con otros tipos de leches, la leche de avena tiene más calorías, más carbohidratos y más fibra que las leches de almendra, de soya y de vaca. También hay que señalar que provee de una menor cantidad de proteína en comparación con la leche de soya o las de origen animal.
Es importante hacer mención de que las leches de avena fortificadas usualmente tienen un buen aporte de vitamina B, pero hay algunas marcas que tienen un alto contenido en azúcar, especialmente las saborizadas. Por otro lado, la mayoría de las marcas comerciales no tienen la certificación sin gluten, lo que podría ser un inconveniente para los celíacos. También hay que tener en cuenta que la leche de avena casera no es tan nutritiva como las opciones comerciales, y solo puede mantenerse en el refrigerador hasta 5 días.
Imágenes | Pixabay, @hej.pauline
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