En los últimos años los consumidores buscan alternativas naturales, orgánicas y saludables, y los productos “sin procesar” también han tenido su auge. Pero no solo porque algo sea procesado significa que sea malo para ti. Según el Consejo Internacional de Información sobre Alimentos, el procesamiento de alimentos es cualquier cambio deliberado en un alimento que ocurre antes de que esté disponible para su consumo, así que muchos productos comestibles pueden entrar dentro de esta categoría.
Bajo esa definición, un alimento procesado es cualquier alimento que no sea una materia prima agrícola sin procesar. El procesamiento puede ser un simple cambio a un ingrediente, como lavarlo, cortarlo o congelarlo, pero el término también puede aplicarse a la preparación de una comida a la que se le añaden otros ingredientes, así como conservadores, saborizantes, nutrientes, sal, azúcares o grasas. Así que se puede argumentar que los alimentos procesados han existido desde hace millones de años, cuando los primeros humanos descubrieron que el fuego cambiaba la forma en que los alimentos se comportaban y sabían. De la misma forma el secado, la fermentación y la conservación con sal son métodos de procesamiento para proteger a los alimentos de la descomposición.
Con las tiendas de autoservicios modernas, el número de alimentos procesados aumento considerablemente, ya que la mayoría de los artículos deben procesarse de alguna forma para mantenerse frescos por más tiempo. Existen alimentos procesados que requieren poca producción (lechugas pre-lavadas o granos de café molidos), otros alimentos que se procesan para mejorar sus nutrientes y frescura (frijoles enlatados, atún enlatado o comida para bebé), alimentos que se mezclan con otros ingredientes como endulzantes, especias, aceites, saborizantes, colorantes y conservadores para mejorar su seguridad, sabor y atractivo visual (harinas para preparar pastel, salsa de jitomate, aderezos y gelatinas). Y alimentos "listos para comer" que requieren preparación mínima o nula (cereal, galletas, mermeladas, helado, yogurt, jamón, refrescos). Este tipo de alimentos tienden a tener muchos más conservadores y aditivos con la finalidad de conservar su calidad y sabor.
Una de las preguntas más comunes en la actualidad es ¿Son seguros los alimentos procesados? En términos de seguridad alimenticia podemos decir que sí. De hecho, en la mayoría de los casos, el procesamiento de los alimentos los hace más seguros. Por ejemplo, calentar alimentos ayuda a eliminar bacterias dañinas, siendo la leche pasteurizada un claro ejemplo. Enlatar y congelar alimentos como carnes, frutas y verduras les ayuda a quedarse más fresco por más tiempo.
La segunda pregunta más común es ¿Los alimentos procesados causan obesidad? Aquí la respuesta no es tan sencilla. Es cierto que no hay un solo tipo de comida que cause obesidad; la obesidad es causada por un consumo de calorías mayor de las que el cuerpo utiliza. Existen alimentos procesados con pocas calorías, como las mezclas de ensaladas, y otros muchos con una cantidad excesiva de calorías por porción, como papas fritas, postres, dulces, jugos de frutas y refrescos.
Gran parte de la industria alimentaria se centra en hacer que los alimentos sean lo más atractivos posibles en sabor y textura. La mayoría de las veces se fabrican alimentos preparados que los consumidores compran en lugar de opciones más saludables y nutritivas que requieren de una preparación previa. Son productos atractivos, pero poco nutritivos que no promueven la salud a largo plazo y pueden contribuir a muchas enfermedades crónicas. Es cierto que, en otras ocasiones, el objetivo es adaptar un producto para un nicho de mercado específico, como veganos o personas con enfermedad celíaca, que no desean o no pueden comer alimentos que contienen los ingredientes habituales.
La tercera pregunta que más se escucha cuando se habla de alimentos procesados es ¿Los alimentos procesados son nutritivos? Hay tantos tipos de alimentos procesados con valores nutricionales diferentes, que es difícil contestar. Por ejemplo, las verduras congeladas pueden ser más ricas en nutrientes que sus contrapartes frescas porque son recogidas y congeladas cuando su pico de nutrición está al máximo. Existen muchos alimentos procesados fortificados con vitaminas y minerales que pueden ayudar a las personas a alcanzar los niveles de ingesta recomendados para esos nutrientes, por ejemplo, el jugo de naranja fortificado con calcio y vitamina D. También es cierto que un gran número de alimentos procesados, como las papas fritas y los dulces, suministran muchas calorías, pero pocos nutrientes. Eliminando fibra y vitaminas, y añadiendo ingredientes poco saludables como sodio, grasas trans y azúcares añadidos.
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En conclusión, debemos de ser más específicos cuando hablamos de comida procesada. La mayoría de los alimentos que manipulamos entrarían técnicamente dentro del concepto de comida procesada. Si te quieres alejar los más posible de este tipo de alimentos, entonces la solución es tratar de comprar la mayor cantidad posible de alimentos frescos y procesarlos (cocinarlos) en casa. La otra solución es siempre leer la etiqueta de los envases y ver que es lo que tienen añadido.
Imágenes | Marco Verch | Bev Sykes | Sandra Cohen-Rose and Colin Rose | j_lai |
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