Una de las frutas de temporada más representativas del otoño son las calabazas, las que encontramos en abundancia y en su mejor estado de maduración. Justo a tiempo para el Halloween. Con su intenso color naranja, se utilizan durante estos festejos de muchas maneras, ya sea para preparar cremas, sopas o postres, así como para tallarlas en forma de linternas.
Son deliciosas, carnosas y muy nutritivas, por lo que especialmente en México nos gusta usarlas para preparar dulce, y en los últimos años le hemos prestado más atención a usarlas como elemento decorativo. Pero ¿cuál es la historia de las calabazas y su uso en Halloween? Lo descubriremos hechando un vistazo al folklore y las costumbres celtas.
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La historia de la calabaza
Las calabazas se encontraron por vez primera en el continente americano, principalmente en la región de América Central incluyendo México. Los nativos llevaron las semillas de calabaza a otras partes del norte de América y se sabe que las cortaban en tiras largas y las asaban al fuego; además con las tiras secas tejían esteras, mientras que las semillas eran parte de su alimentación y eran usadas como medicina.
Fueron los conquistadores de la región de América Central quienes llevaron las semillas de calabaza a Europa, donde no se dió bien su cultivo, y fue el explorador francés Jacques Cartier quien describió las calabazas como pepones o melones grandes, en lo que hoy conocemos como Canadá en 1584. Pero fue la influencia de los inmigrantes irlandeses lo que dió su lugar a las calabazas en los festejos del Halloween.
La calabaza y su uso como linternas en Halloween
Fueron los primeros inmigrantes irlandeses que arribaron a Estados Unidos los que llevaron la tradición de hacer una linterna para Halloween. Según sus leyendas, Jack era un herrero que había engañado al diablo en varias ocasiones y a su muerte le fue negada la entrada al cielo y al infierno. Cuando el diablo lo rechazó, le dió una brasa ardiente. Jack ahuecó entonces un nabo para llevar la brasa y alumbrarse con su luz.
De allí que los irlandeses recordarn la historia año con año tallando rostros de miedo en los nabos y colocando un trozo de carbón en el interior. Sin embargo, al emigrar a Estados Unidos descubrieron que había una mayor disponibilidad de calabazas y que éstas hacían mejores linternas que los nabos. Con el paso del tiempo,** los nabos fueron sustituidos por las calabazas gigantes** y las brasas de carbón por velas de cera y hoy en día por linternas eléctricas.
La evolución del tallado de calabazas para Halloween
La práctica de tallar caras espeluznantes en una calabaza ha evolucionado con el paso de las décadas. La idea original del jack-o'-lantern era ahuyentar a los espíritus malignos. Los irlandeses colocaban las calabazas y nabos tallados junto a sus puertas y ventanas con la esperanza de que los protegerían. Pero hoy en día se hace más por entretenimiento, y la costumbre ha dado paso a esculpir diferentes diseños.
México y la calabaza de Castilla
Hay aproximadamente 30 variedades de calabaza, y la más usada para las linternas de Halloween es la llamada Connecticut, sin embargo, su pulpa es muy fibrosa y por tanto no es la mejor para comer. Para este fin se prefieren las variedades más dulces. En México, las variedades más cultivadas son las Cucurbita maxima, Cucurbita moschata y Cucurbita argyrosperma de gran tamaño, forma elíptica, pulpa anaranjada y cáscara gruesa con surcos pronunciados, comúnmente conocidas como calabaza de Castilla.
En nuestro país, se utilizan para preparar el famoso dulce de calabaza o calabaza en tacha, cuya receta varía en nombre y preparación en cada región. También es común que se agregue a caldos de carne de res o pucheros y sus semillas son muy apreciadas para elaborar pipianes y pastas dulces.
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