Este fin de semana son los Oscars 2019, y sin duda, cuando hablamos de cine y películas, la botana que nos viene inmediatamente a la mente son las palomitas. Desde la década de los años treinta, las películas y las palomitas han crecido mano a mano. Sin embargo, sabemos muy poco sobre este alimento que forma parte de nuestra dieta cotidiana.
El nombre científico de las palomitas es zea mays everta, y es el único tipo de maíz que explota al calentarlo. Cada grano de maíz palomero contiene una pequeña cantidad de humedad. Conforme el grano se calienta, esa agua se convierte en vapor. La cáscara de los granos de las palomitas de maíz, a diferencia de otros granos, no es permeable al agua, por lo que el vapor no puede escapar y la presión se acumula hasta que el grano explota. En promedio, un grano salta cuando alcanza una temperatura de 175 -190 grados Celsius.
Cuando los granos no explotan es porque no contienen suficiente humedad para crear una explosión (deben de contener por lo menos 13.5 por ciento de humedad); o porque el revestimiento exterior estaba dañado y el vapor logra escapar poco a poco, evitando una explosión. Por eso es importante que cuando hagas palomitas en casa, utilices granos frescos.
Al parecer los humanos han estado disfrutando de las palomitas de maíz durante miles de años. En 1948, arqueólogos descubrieron en cuevas de Nuevo México, restos de palomitas de maíz de 5,000 años de antigüedad. De hecho, las tribus nativas americanas ponían los granos en vasijas sobre el fuego y condimentaban las palomitas con hierbas y especias secas, y preparaban sopas y cervezas con ellas. Al parecer fue Cristóbal Colón quien llevo las primeras palomitas de maíz a los europeos a finales del siglo XV.
A finales del siglo XIX en Estados Unidos, vendedores ambulantes empezaron a vender palomitas afuera de los cines. Al principio los dueños de los cines estaban bastante molestos, ya que pensaban que las palomitas distraerían a los clientes de las películas. A pesar de que les tomo bastante tiempo darse cuenta, en 1912 empezaron a vender palomitas dentro de los cines, aumentando sus ingresos considerablemente. Actualmente, muchos cines obtienen mayores beneficios de la venta de comida, que de las entradas. De hecho, se estima que el 85 por ciento de las ventas de las palomitas, es ganancia pura para el cine.
Los mexicanos consumimos 2,795 millones de bolsas de palomitas con capacidad de un litro anualmente. Y aunque el maíz es uno de los cultivos más importantes en México, cuando se trata de maíz palomero, sólo el tres por ciento es producido localmente, el resto es importado. De hecho, el único estado en México que produce maíz palomero es Tamaulipas.
En 1945, después de que Percy Spencer descubrió que la radiación de microondas podía derretir un chocolate, fabricó el primer prototipo de un horno de microondas, y el primer alimento que cocino fue una palomita de maíz. Casi cuarenta años después, se otorga la primera patente para una bolsa de palomitas para microondas a General Mills en 1981, y gracias a este invento el consumo de palomitas de maíz aumento exponencialmente en los años siguientes. Hoy en día, aproximadamente el 70 por ciento de todas las palomitas se consumen en casa.
Si hablamos de nutrición, las palomitas de maíz son naturalmente altas en fibra, bajas en calorías, sin sodio, azúcar y grasa. Obviamente el contenido nutricional cambia cuando se le añade aceite, mantequilla, sal y azúcar. Además, las palomitas naturales contienen una buena dosis de polifenoles. Una taza de palomitas naturales contiene solamente 31 calorías.
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