Seguramente les ha pasado, algunas ocasiones, los ingredientes más sencillos de cocinar, como por ejemplo el arroz, son los que nos causan mayores problemas. Pero no podemos dejarlos de lado, después de todo los granos y las semillas son tan versátiles que podemos incluirlos fácilmente en nuestros planes de comidas.
Pero para nuestra poca fortuna, a pesar de que hallamos cocinado cientos de veces arroz, quinoa o unos sencillos frijoles, algún día se nos quema o nos queda salado, o se nos baten. Veamos cuales son los cinco errores más comunes cuando cocinamos granos y semillas, y cómo evitarlos.
1. No agregar sal durante la cocción
Cuando se trata de sazonar granos y semillas, debemos pensar en ellos de la misma manera en que lo hacemos de la pasta. Si no agregamos sal al agua, tendremos una cacerola llena de granos simples, sin sabor y poco apetecibles. El consejo es, que al igual que con la pasta, agreguemos sal al agua de manera generosa antes de cocinar los granos. Esto, elevara el sabor natural de ellos, y hará que no tengan un sabor tan sin sentido.
2. Tratar todos los granos como si fueran iguales
Puede que todos los granos y semillas tengan el mismo proceso de cocción, pero eso no significa que sean iguales. En primer lugar, los tiempos de cocción son diferentes, como también lo es la proporción de agua-grano que debemos usar para cocinarlos. Por consiguiente, lo que puede ser perfecto para el arroz, puede no ser lo mejor para la quinoa, por ejemplo.
Así pues, es especialmente importante que antes de comenzar a cocinarlos, estemos seguros de usar la cantidad adecuada de agua para la cantidad de semillas que vamos a usar. También, es necesario tener un temporizador contando el tiempo exacto que necesita lo que estamos cocinando.
3. No tapar la cacerola durante la cocción
Tapar la cacerola durante la cocción de nuestros granos y semillas es un paso muy simple y a la vez muy importante, aunque muchas veces lo pasemos por alto considerándolo no necesario y terminemos con una cacerola llena de comida no cocida. Nuestra recomendación, es que** tan pronto el líquido comience a hervir**, además de reducir el fuego, tapemos la cacerola; así lograremos prevenir que un exceso de líquido se evapore.
4. Sobrecocinar
Ya comentábamos en párrafos anteriores que no todos los granos son iguales y que por ello requieren diferentes cantidades de líquido y de tiempo de cocción. Además de ajustar el temporizador, es necesario que estemos pendientes durante la cocción, sobre todo si estamos cocinando una nueva receta o un nuevo ingrediente que no hemos usado antes. Para no equivocarnos y sobrecocerlos, deberemos mantenerlos con el fuego encendido únicamente hasta que estén suaves y cocidos.
5. Cocinarlos a una temperatura muy elevada
El fuego alto no es necesario para cocinar todos los alimentos, y esta regla es especialmente importante cuando preparamos granos y semillas, pues cocinarlos continuamente sobre una temperatura elevada causará que buena parte del líquido de cocción se evapore rápidamente, dejando los granos aún duros y sin una cocción completa.
Por ello, para asegurar que nuestros granos y semillas queden bien cocidas y de una forma pareja, lo mejor será que una vez que comience la ebullición, bajemos la temperatura al mínimo y continuemos cociendo a fuego lento hasta que estén cocidos.
Imágenes | cookbookman17, Pixabay, Jonas Birmé, Steven Depolo
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