Para tener una alimentación saludable no solo es suficiente con cuidar los ingredientes que incluimos en nuestros alimentos, sino que también es esencial mantener la cocina limpia y libre de gérmenes. Lograrlo no tiene por que ser complicado siempre que sigamos unos sencillos consejos y tengamos conocimiento de cuales son los espacios que más acumulan suciedad y cómo limpiarlos.
Hace unos días hablamos de cómo limpiar el bloque de cuchillos para evitar que se convirtiera en el lugar más sucio de nuestra cocina, pero hoy comentaremos más a fondo el cómo limpiar nuestra cocina para mantenerla libre de gérmenes y bacterias que puedan esparcirse en nuestros alimentos.
El primer consejo es el asegurarnos de limpiar las superficies que tocamos frecuentemente en la cocina. Es recomendable el uso de aerosoles o toallitas desinfectantes en lugares como los grifos de agua, las agarraderas del refrigerador, de la estufa y de los muebles de cocina, el dispensador de jabón, los botes de basura, los interruptores de luz, los pomos de las puertas y cualquier otra área que toquemos con las manos sucias.
Continuamos con las tablas de cortar. En la mayoría de cocinas solo se cuenta con una sola tabla de picar, sin embargo, es aconsejable tener dos tablas separadas: una para carnes y otra para frutas y vegetales. Esto ayuda a evitar la contaminación cruzada de los últimos. Además, es importante lavarlas inmediatamente después de usarlas.
Las esponjas para limpiar los trastes y los muebles de la cocina también son un importante foco de infección. Por ello es necesario mantenerlas desinfectadas y reemplazarlas cada dos semanas. Durante el periodo en que las usamos es importante mantenerlas secas entre usos para así evitar el crecimiento de bacterias. Otra recomendación es meterlas húmedas al horno de microondas por dos minutos para ayudar a matar los gérmenes que se pudieran haber alojado. En cuanto a las toallas de cocina, no debemos olvidar lavarlas al menos una vez por semana.
Lavar frutas y verduras es también importante, incluso aquellas a las que les removemos la cáscara. El motivo es simple: no sabemos cuantas manos o con qué otras superficies o materiales han tenido contacto con nuestros aguacates, plátanos, limones, naranjas, melones y más. De allí que lo mejor sea lavar todas las frutas y verduras antes de cortarlas para evitar que los gérmenes de la cáscara se transfieran a la pulpa.
Hablando de frutas y verduras es importantísimo no dejar las frutas y verduras que sobrepasado sus términos de madurez en las encimeras de la cocina sobre todo en el verano, para así no atraer las moscas de la fruta que también ayudan a esparcir los gérmenes y bacterias por la cocina.
Los platos y utensilios sucios también deben lavarse inmediatamente después de su uso, y es necesario evitar dejarlos en el fregadero por mucho tiempo, al igual que las migajas o derrames que ocurren en las encimeras de la cocina. De lo contrario, dejaremos una invitación abierta a las bacterias, a las hormigas, a las moscas y a otras plagas indeseables.
Por último y no menos importante, mencionaremos la necesidad de sacar la basura de la cocina con frecuencia, pues al hacerlo logramos que los restos de comida no se pudran en el bote por varios días. De acuerdo a nuestros espacios, también es recomendable que mantengamos dicho bote fuera de la cocina.
Imágenes | Pixabay
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