Quesadillas de espinacas, jitomate y frijoles negros. Receta fácil para el desayuno

Vamos terminando una semana más, y también se va acabando el mes de febrero. Como cada viernes, el fin de semana inicia y con ello vienen los eventos sociales, reuniones con los amigos, el domingo familiar, y todo ello regularmente implica comidas en exceso o poco saludables. Así que para iniciar con el pie derecho este fin de semana, les propongo unas saludables quesadillas de espinacas, jitomate y frijoles negros.

En esta ocasión, las he preparado con queso Chihuahua pues me gusta su sabor y que se funde fácilmente, pero también las podemos preparar con queso manchego, queso gouda y por qué no, con el tradicional queso Oaxaca que tanto nos gusta.

Ingredientes para 4 quesadillas

  • 4 tortillas de harina, 1 jitomate, 200 gramos de queso Chihuahua, 1 manojo de espinacas, 1 diente de ajo, 1 taza de frijoles negros, sal, pimienta y aceite de oliva.

Cómo hacer quesadillas de espinacas y jitomate

Calentamos un poco de aceite de oliva en un sartén de teflón a fuego medio. Agregamos el diente de ajo finamente picado y dejamos cocinarse durante 20 segundos antes de añadir las espinacas previamente lavadas y desinfectadas; sazonamos con sal y pimienta. Cuando las espinacas hayan perdido volumen agregamos los frijoles negros bien escurridos y cocinamos durante dos minutos más.

A continuación formamos las quesadillas. En cada tortilla, colocamos suficiente cantidad de queso para cubrir la mitad de la tortilla, y encima colocamos una parte de la mezcla de espinacas y frijoles negros, seguida por rebanadas de jitomate y otro tanto de queso. Doblamos por la mitad y llevamos a una sartén caliente, permitiendo que se cocinen durante tres minutos de cada lado hasta que doren o hasta que el queso esté derretido. Repetimos hasta terminar con las cuatro tortillas.

Degustación

Estas quesadillas de espinacas, jitomate y frijoles negros hay que servirlas recién hechas, pues es estando calientes cuando más apreciamos su combinación de sabores y ¿a quién no le gusta el queso que aún está derritiéndose?

Su sabor, se lo da el ajo, que siempre combina bien con las espinacas y que al guisarse con ellas y quedar al fondo de la sartén obtiene un sabor ahumado. Por otro lado, el jitomate que apenas toma temperatura, le da un contraste de frescura a la mezcla tibia de espinacas.

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