En 1938, en Bélgica, el abuelo de Pascale Miche empezó a fabricar vino con jitomates, vin de tomat, para evitar el desperdicio de alimentos durante la primera guerra mundial. Cuando Pascale emigró a Québec en 1998, comenzó a plantar jitomates en su jardín. Al poco tiempo decidió retomar la receta de su abuelo y fabricar vino de jitomate. Hoy en día esta peculiar bebida es una realidad; el nombre comercial es Omerto. Y es el único productor comercial de vino de jitomate del mundo.
Miche cultiva seis variedades diferentes de jitomates, los cuales utiliza para elaborar las dos variedades de vinos con las que cuenta Omerto. Omerto Sec es un vino seco que se puede comparar con un Sauvignon Blanc; y el Omerto Moelleux a un oporto blanco. Debido a que los jitomates no contienen taninos en su piel, físicamente, ambas variedades se parecen al vino blanco.
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Los jitomates se someten a los mismos procesos que cuando se fabrica vino de uva. La fruta se tritura, se fermenta con levadura y se embotella. Desde que los jitomates se cultivan de la vid, hasta que se puede beber, pasan nueve meses. Sin embargo, uno de sus mayores retos fue lograr que el gobierno canadiense lo considerara como un vino legítimo. Las normas especificaban que una bebida alcohólica no podía estar hecha a partir de vegetales. Después de diez años, los dueños de Omerto lograron demostrarle al gobierno de Quebec que, aunque los jitomates no tienen un sabor dulce, botánicamente son frutas.
Por el momento sólo puedes encontrar los vinos Omerto en Canadá. Si estás planeando una visita a ese país del norte, valdría la pena reservar una visita guiada a su planta de producción, y de paso comprar unas botellas de este único vino para traerlas de souvenir.
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