Hoy en México celebramos a lo grande el Día de la Madre, así que se me hizo interesante hablar de los efectos que tiene el amor de las mamás en el desarrollo de los cerebros de sus hijos. Según un estudio reciente, el amor maternal desde una edad temprana, le puede ayudar a sus hijos a desarrollar un hipocampo más grande, que es una región del cerebro importante en el aprendizaje, en la memoria y el manejo del estrés.
El desarrollo del cerebro es una de las áreas médicas más investigadas, y a pesar de los grandes avances, sabemos que todavía falta mucho por investigar. Hasta el momento se sabe que la genética nos predisponen en el desarrollo de ciertas áreas, pero nuestras experiencias, incluyendo nuestras interacciones con otras personas, tienen un impacto súper significativo en cómo se expresan nuestras esas predisposiciones genéticas.
El desarrollo cerebral, o el aprendizaje, es el proceso de crear, fortalecer, y descartar ciertas conexiones entre las neuronas; estas conexiones se conocen como sinapsis. Las sinapsis organizan el cerebro mediante la formación de “caminos” que conectan diferentes partes del cerebro y administran todo lo que hacemos, desde respirar, dormir, pensar y sentir. Esta es la esencia de del desarrollo cerebral postnatal, ya que al nacer, se han formado muy pocas sinapsis. Las sinapsis presentes en el nacimiento son principalmente las que rigen nuestras funciones corporales básicas como el ritmo cardiaco, la respiración, comer y dormir.
El desarrollo de las sinapsis se produce impresionantemente rápido durante los primeros años de vida de un niño, en respuesta a las experiencias. La corteza cerebral de un niño saludable puede crear 2 millones de sinapsis por segundo. Un niño de 2 años de edad, tiene aproximadamente 100 billones de sinapsis, muchos más de las que va a necesitar de grande. De acuerdo al tipo de experiencias que viven los niños, algunas sinapsis se refuerzan y permanecen intactas, pero muchas otras desaparecen de forma gradual. Cuando los niños llegan a la adolescencia, la mitad de sus sinapsis han desaparecido, dejando el número que tendrán la mayor parte de sus vidas.
Investigaciones previas con animales, habían demostrado que el apoyo materno en las ratas a una edad temprana, tenía un efecto positivo en el crecimiento del hipocampo, la producción de células cerebrales y la capacidad para lidiar con el estrés. Otros estudios en niños, habían encontrado una conexión entre las primeras experiencias sociales y el volumen de la amígdala, que ayuda a regular el procesamiento y la memoria de las reacciones emocionales. Numerosos estudios también han demostrado que los niños criados en un ambiente amoroso, por lo general tienen mejores resultados en la escuela y están más desarrollados emocionalmente que aquellos que no tuvieron esa oportunidad.
Por ejemplo, en un estudio de la Universidad de Washington, se observó gracias a imágenes cerebrales, que el amor de una madre afecta físicamente el volumen del hipocampo de su hijo. En el estudio, los niños de madres amorosas presentaron un hipocampo 10 por ciento más grande que los niños cuyas madres no fueron tan cariñosas. Investigación anteriores sugieren que entre mayor sea el tamaño del hipocampo, mejor es la memoria de ese individuo.
Los neurólogos dicen que las imágenes proporcionan evidencia de que la forma en que son tratados los niños en sus primeros años es súper importante no sólo para el desarrollo emocional del niño, sino también para determinar el tamaño de sus cerebros.
Algo interesante es que, a pesar de que el 95 por ciento de los padres que participaron en el estudio eran madres biológicas, los investigadores creen que los efectos cerebrales de una crianza amorosa, seguramente son los mismos para cualquier cuidador principal, no necesariamente la madre biológica.
Imágenes | Alena Getman | A of DooM | Barney Moss |
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